miércoles, 1 de julio de 2009

UN PULSO A LA VIDA

Escribiendo noches como esta
perdido en el hilo de la soledad
emociones que terminan y empiezan
o vivencias que no deben acabar.

Las cuerdas invisibles del verano
en sus nudos me mecerán
pensando en los pequeños detalles
que son los que nos alegrarán.

ser siendo o estar estando
y a contracorriente siempre nadar
sin valer un duro los trofeos irreales
sabiendo que otros triunfos llegarán.

No quiero perseguir la amargura
ni interiorizar la irracionalidad
echándole un pulso a la vida
ganando por perseverancia la libertad.

3 comentarios:

*Orni(S)* dijo...

Hay veranos sin color y otros de color impreciso. Los más peligrosos, sin embargo, son los veranos cargados de tintas, como pintados con gruesos pinceles. Son veranos feroces, para vivir intensamente o para ocultarse en lo más alto de la montaña, pero en ningún caso toleran la mediocridad.

Hay veranos que son del mismo color para todos. Color de viento, feroz y helado. Aquellos que pesan a recuerdo. Aquél, era uno de esos.

Anónimo dijo...

Consejo amistoso a un montón de jóvenes

Id al Tibet
montad en camello.
leed la Biblia
teñid vuestros zapatos de azul.
dejaos la barba.
dad la vuelta al mundo en una canoa de papel
suscribios al Saturday Evening Post
Masticad sólo por el lado izquierdo de la boca
casaos con una mujer que tenga una sola pierna y afeitaos con navaja

y grabad vuestro nombre en el brazo de ella

lavaos los dientes con gasolina
dormid todo el día y trepad a los árboles por la noche.
sed monjes y bebed perdigones y cerveza.
mantened la cabeza bajo el agua y tocad el violín
bailad la danza del vientre delante de velas rosas
matad a vuestro perro
presentaos al Alcalde
vivid en un barril
partios la cabeza con un hacha
plantad tulipanes bajo la lluvia.

Pero no escribáis poesía.

Anónimo dijo...

Charles Bukowski