Pongamos que me estrello con la locura y desvarío
follándome a la luna llena sin soltar ni un aullido
ella se va sin pensarlo y yo me quedo malherido
porque mi corazón no es de cemento ni ladrillo.
Me beses donde me beses me hicieron todo de barro
con un soplido de hipocresía me tendieron la mano
llevándome al paraíso con delirios y frutos insanos
donde mandé a la mierda esta historia de dioses humanos.
Si aún así quieres acompañarme en mi alocada cordura
agárrame fuerte y desprendamos melodías de dulzura
soñando por amor al arte y despertando en la realidad pura
como los vagos reflejos de cariño que no tienen mensura.
Agotado y cansado voy consumiendo mi pobre vida
deseando solo pegar tragos a la felicidad más íntima
respirando aliento y continuar sin dar una batalla por perdida
porque he de convencerme que aún me queda mucha partida.
